La ubicación territorial de Nayarit lo convierte en un estado sumamente atractivo para visitar. Sus montañas, ríos, lagunas, llanura costera, islas y sobre todo sus hermosas playas forman parte de la vasta geografía que cada año atrae a miles de visitantes.
Sin embargo, colindar con el Océano Pacífico, al margen de la proyección nacional e internacional que le da a Nayarit y los enormes recursos que les provee a sus habitantes, es también la razón por las cual a lo largo de la historia nuestra entidad ha sufrido el estrago de fenómenos meteorológicos que, según la intensidad de las lluvias y viento que acarrean, pueden clasificarse como onda tropical, perturbación tropical, depresión tropical, tormenta tropical…y los más temidos: huracanes.
Los nayaritas recordamos bien fechas, nombres y devastaciones ocasionadas por algunos de los huracanes que han azotado nuestra entidad, sobre todo los ocurridos en fechas recientes en que la tecnología ha permitido alertar a la población, monitorear su trayecto y potencia, así como medir sus efectos con mayor certeza: huracanes como Kenna, Willa y más recientemente el huracán Pamela. Este último, que pasó por Nayarit el día 13 de octubre de 2021 y ocasionó daños aún incalculables en municipios del norte del estado como Huajicori, Acaponeta, Tecuala, Tuxpan, Rosamorada, Ruíz, Santiago Ixcuintla y San Blas, afectando a miles de personas. De hecho, algunos de los damnificados todavía se encuentran incomunicadas, con grandes pérdidas económicas y necesitadas de la ayuda que el gobierno y ciudadanía les hacen llegar.
Por otra parte, un huracán, cuyo origen proviene del nombre dado por nativos antillanos a “Hurrican” que significa “centro del viento”, puede ser clasificado, según una de las escalas más empleadas (la Saffir Simpson), desde la categoría I con vientos desde los 118 hasta los 153 Km/h con potencial altamente destructivo, pasando por las categorías II, III y IV, hasta la categoría V cuando los vientos llegan a más de 249 Km/h con calificativo de exageradamente destructivo. Para que te des una idea, el huracán Kenna que azotó a Nayarit también en el mes de octubre, pero del año 2002, llegó con rachas de viento ¡de hasta 270 kilómetros por hora!
Por todo lo anterior, es necesario que al vivir en un estado donde no es raro que los huracanes que cada año se forman en el Océano Pacífico afecten el territorio, reconozcamos la importancia de cuidarnos siguiendo las medidas preventivas que nos comparten las autoridades encargadas de elaborar los planes de protección civil. Algunas de esas medidas las puedes conocer y aplicar tú mismo, tales como evitar tirar basura en alcantarillas para impedir que se tapen tuberías y drenajes, o durante el paso de esos fenómenos naturales manteniendo la calma¸ alejándote de puertas y ventanas y siguiendo las indicaciones de adultos de tu familia u otras personas responsables de tu seguridad. Igualmente, después del paso de un huracán, sobre todo los que causan estragos (tal como los que recientemente nos dejó el huracán Pamela) puedes colaborar invitando a tus padres, hermanos y demás familiares a cooperar llevando alimentos no perecederos, productos de limpieza y ropa en buen estado a los centros de acopio habilitados en diferentes sitios del estado.
En el mismo sentido de las medidas preventivas, considerando aquellas que corresponde realizar a los adultos, pero que es igualmente útil que tú conozcas destacan la limpieza de azoteas, desagües y canales; mover animales y equipos de trabajo a lugares seguros; cerrar puertas y ventanas protegiendo los cristales con cinta adhesiva en forma de X, y tener a la mano alimentos y artículos de emergencia como radio de pilas, para recibir información e instrucciones de fuentes oficiales. También en el caso de los adultos aplica la sugerencia de mantener la calma para poder tomar decisiones adecuadas en situaciones de emergencia. Finalmente, es muy importante que todos estén enterados sobre la ubicación de los albergues que se instalen en caso de ser necesario trasladarse a ellos.
Para terminar con este tema hay un dato que siempre ha llamado mi atención y es conocer cómo se nombra a cada huracán… ¿te interesa saberlo a ti también?, ¿de dónde surgen esos nombres?, ¿quién los elige y por qué nombres de personas? Resulta que cada año se nombran de manera anticipada a los huracanes que podrían formarse y, según los científicos de la Organización Meteorológica Mundial, es más sencillo recordar nombres que números o términos técnicos. Para el 2023 los nombres fueron o serán Para el 2023 los nombres fueron o serán Adrián, Beatriz, Calvin, Dora, Eugene, Fernanda, Greg, Hilary, Irwin, Jova, Kenneth, Lidia, Max, Norma, Otis, Pilar, Ramón, Selma, Todd, Verónica, Wiley, Xina, York y Zelda. Como puedes ver se descartan los nombres que empiezan con q, u, por ser menos comunes. Esos nombres se reutilizan cada seis años, pero si un huracán causó muchos daños ese nombre sale para siempre de la lista, así que no volveremos a escuchar Kenna, Willa o Pamela para nombrar a otro huracán.
