En la plaza principal de Tepic me pegaron un tiro.
Yo tenía solamente cuatro años y por supuesto que mi memoria no recuerda todo. Lo que sí recuerdo es que mi papá me llevaba tomado de la mano, caminando sin pendiente por la plaza de armas, que en ese entonces era más pequeña pues aún circulaban autos por la calle Lerdo, cuando de repente me tiré al suelo y empecé a llorar. Recuerdo también que unos señores que llevaban sombreros se acercaron con nosotros, y que se pasaban algo de mano en mano. Después mi papá me tomó en sus brazos mientras yo seguía llorando incontrolablemente.
Durante años ese recuerdo permaneció como apagado, hasta que un día se me ocurrió preguntarle a mi papá y entre los detalles que él me contó, el año en que pasó y lo que investigué, pude atar algunos cabos.
Lo que ocurrió es que ese año fue la primera vez que Cuauhtémoc Cárdenas participó en las elecciones presidenciales…ya saben lo que se dice. El caso es que en Nayarit como en otros estados de la república hubo personas que protestaron ante los resultados electorales, así que, aquella mañana de julio mi papá y yo que no formábamos parte de aquella protestas, sino que simplemente tuvimos la desventura de pasar por ahí justo cuando alguien, situado en alguna azotea o ventana de los edificios que rodean a la plaza quiso disuadir aquella reunión usando un rifle u otro tipo de arma de aire comprimido y lanzó algunos tiros a aquellos “sombrerudos”, pero lo hizo con tan mal tino que pegó en la pierna de un pequeñito que caminaba tomado de la mano de su padre en el momento equivocado.
Según investigué un poco, por la distancia es que dispararon – esas armas de caza usualmente tienen efectividad en distancias menores a los 30 metros – es que no tuve un daño mayor que algún morete o quemazón. Y lo que debieron pasarse de mano en mano aquellos hombres, no fue sino el proyectil usado.
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